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Poseer cosas: por que nos hace felices

Vivimos en una sociedad de «consumo» donde el hecho de propios objetos es parte de la normalidad. Es cierto que nuestra empresa se llama acertadamente porque todo es pretexto para el consumo. Navidad, Semana Santa, San Valentín, cumpleaños, fiestas, bodas, etc. Como sabrá, este no es el caso en todas las culturas. De hecho, algunas poblaciones favorecerán los actos simbólicos (versus la compra de objetos) para marcar eventos importantes de la vida.

Por ejemplo, en la cultura amerindia, el paso de la adolescencia a la edad adulta resulta en una serie de pruebas (más o menos difíciles) para los niños. En la sociedad occidental, es habitual marcar a la mayoría ofreciendo un coche al joven adulto. Por qué el uso de consumo de objetos ¿es sistemático? ¿Es solo acondicionamiento o satisface necesidades reales? ¿Por qué cada vez más personas sufren el fenómeno de la compra compulsiva?

1. Poseer objetos que son fuente de envidia nos produce placer

Las imágenes visuales nos estimulan regularmente, sobre todo en los pubs, pero también en las películas donde se escenifican objetos para provocar una atracción, un deseo por uno o más objetos. No necesariamente queríamos o necesitábamos este objeto antes, pero la película o el comercial crean una fuerte atracción, que incluso puede convertirse en una obsesión, hacia este objeto.

Tenemos un solo objetivo: conseguir este objeto lo más rápido posible. La espera, la vida sin él es entonces insoportable y solo la compra puede acabar con esta inmensa frustración. De hecho, la compra es un deleite sin nombre, una sensación casi orgásmica, un placer intenso. El placer también proviene del hecho de que la compra de un objeto viene con muchas promesas.

2. Los objetos nos prometen felicidad y satisfacción

Los medios de comunicación en general dominan muy bien la puesta en escena -gracias a actores o personas más o menos conocidas- de objetos más o menos lujosos. De hecho, a menudo nos cuentan historias hermosas, historias que nos hacen soñar, viajar. Quien nunca pensó que tomar un café Nespresso lo convertiría en un gran seductor como Georges Clooney levanta la mano ^^.

Y sí, detrás de un anuncio muy entretenido, está el mensaje inconsciente. Todo está hecho para que creamos en la idea de que poseer objetos específicos nos permitirá tener la vida de nuestros actores o personalidades favoritos y saborear como ellos una vida de ensueño. Estaríamos mal si nos priváramos de él, especialmente si lo único que podemos hacer para que esto suceda es gastar un poco (o mucho) dinero, ¿verdad? Nosotros también merecemos una vida plena y rica. Desafortunadamente, esto es solo una ilusión.

3. Gastar dinero te ayuda a relajarte

¿Sabías que comprar tiene un efecto relajante? De hecho, ayuda a aliviar nuestras tensiones internas. Cuando queremos un objeto, lo pensamos constantemente, lo soñamos, lo imaginamos en nuestra vida diaria y esto pone nuestro cuerpo en tensión. La lógica fisiológica dicta que toda tensión debe ser aliviada y para aliviarla y evitar frustraciones por mucho tiempo, comprar es clave. Efectivamente, la compra permite una satisfacción de la necesidad y relaja nuestro cuerpo, permitiéndole así dejar un estado de estrés desagradable e incómodo si se prolonga demasiado.

A nivel fisiológico, también existe en ciertos compradores compulsivos, cuyo trastorno asociado es la oniomanía, una necesidad real de gastar. En efecto, en el caso de los alcohólicos, el proceso de dependencia obliga al individuo a recurrir a comportamientos para evitar sensaciones muy desagradables (ansiedad, sentimiento de carencia, temblores, etc.). Afortunadamente, esto no preocupa a la mayoría de la población.

4. Comprar nos distrae de nuestra rutina diaria y nos entretiene

Comprar artículos nos permite alejarnos de nuestra realidad por un momento y nos hace pensar en otra cosa. Esto nos permite alejarnos por un tiempo, más o menos largo pero siempre efímero, de nuestra vida diaria y las preocupaciones inherentes a ella. Por qué privarse de un momento en el que puede escapar de su propia vida y volver a ser un niño ingenuo y despreocupado, que solo quiere jugar con su nuevo juguete ^^

Además, nuestra vida a veces es insatisfactoria o incluso frustrante cuando el objeto es bastante fresco y agradable y nos trae alegría. Es accesible, manejable (y monedero ^^) y no molesta demasiado. Él es predecible y nunca nos juzgará ni nos decepcionará. También puede permitirnos sentirnos más vivos, más completos cuando a veces podemos sentirnos vacíos, inexistentes.

5. Poseer objetos nos valora a los ojos de los demás

Poseer un objeto que tiene un cierto valor de mercado, un cierto precio, puede ser muy gratificante. De hecho, podemos percibirlo como una extensión de nosotros mismos. En ese momento, el objeto habla de nosotros y es el representante de nuestro valor a los ojos de los demás. Si puedo permitirme este objeto lujoso o muy de moda, es sin duda porque tengo un gran valor. Por eso merezco ser reconocido por los demás como una persona buena y amable.

De hecho, un objeto caro puede servir como argumento y puede ser un sustituto fugaz de la autoestima. Poseer un objeto caro y reclamarlo a los demás aumentará mi autoestima y aumentará mi valor a los ojos de los demás, pero también a los míos. Poseer un objeto de moda también permite formar parte de un grupo, el grupo de personas que tienen gusto, por ejemplo (versus los anticuados ^^).

El punto es que consumir o poseer cosas realmente tiene el potencial de aumentar nuestro nivel de felicidad. Atención de todos modos al carácter efímero y exponencial de la cosa. De hecho, incluso si la compra de un objeto nos brinda placer en ese momento, no dura y requiere la compra de otro objeto para volver a sentir ese placer. También hay una forma de habituación. Comprar un objeto de cierto valor me hará sentir un placer de 9/10 la primera vez, contra un placer de 4/10 la tercera, por ejemplo. Por lo tanto, tendrá que comprar un artículo, más caro o en mayor cantidad, la próxima vez para volver a estar en 9/10 en la escala de placer. Todo esto no parece muy económico pero eso depende de ti ☺

Y tú, ¿qué obtienes por poseer cosas?

Crédito de la foto: Markus Spiske / Ryan McGuire

Por qué ser dueño de cosas nos hace felices

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